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jueves

Mar Muerto (19 octubre)

Tras una noche irrecordablemente apacible, tras un sueño absolutamente reparador y con un montón de buenas sensaciones comienza este fantástico domingo. Mi malestar remite (afortunadamente). Tras el típico desayuno árabe (huevos cocidos, queso fresco, mermelada, aceitunas, pan de torta y té) volvemos al Centro de Visitantes del Wadi. Al salir nos topamos con dos camellos que libremente cruzan la carretera, como queriendo despedirse de nosotros.

Unos cientos de kilómetros nos separaban de nuestra siguiente escala: the Dead Sea. La primera impresión: suciedad, suciedad, suciedad. La playa del mar Muerto es una zona artificial a la que se accede previo pago. Observamos dos accesos. Uno de ellos con mejor gusto e instalaciones que otro (12 y 7 JD, respectivamente). Para el ratito que íbamos a estar (la experiencia en una hora más o menos) optamos por el económico.

Qué decir tiene la flotabilidad que experimentas. Si eres capaz de mantener el equilibrio llegas a "estar de pie", literalmente, eso si, con las 2/3 partes de tu cuerpo bajo el agua. Tras juguetear y sentir el "escozor" del exceso de sal en CADA UNO de los orificios de mi cuerpo. Pasamos a la sesión de lodos. Te puedes reir.

Ya de vuelta, en la "ruta de las caravanas", nos para un control de velocidad de la Policía Jordana. Piden la documentación y preguntan que para dónde vamos. Nuestra respuesta: Perdón. No entiendo... No sé si fue el poco futuro que vio el Policía, la cara de póker que pusimos, que conducía Mª Jesús o... vete tú a saber! la anécdota terminó con un: go!...go! del Agente al tiempo que hacía un gesto con las manos. Consejo: ante una situación como ésta...hazte el sueco. ;-)

Llegamos a Amman, al mismo hotel en el que pernoctamos la primera noche. Nos duchamos y salimos a tomar algo. Estuvimos en la zona "Messari", zona comercial por excelencia en la capital jordana. Aqui debo hacer un inciso. Mucho ojo con el agua que te ofrecen nada más sentarte. Aunque pudiera parecer un gesto de amabilidad, gratuito... ¡la cobran! y no es barata. ok? Luego un paseo en taxi por la ciudad (amabilidad del gerente del hotel en el que los alojamos) nos mostró una pincelada de la misma. Visitamos el asentamiento palestino más importante del Oriente Medio, un mirador con unas vistan espectaculares de la ciudad, yacimientos romanos...

Recuerdo (hubo momentos en los que fue desesperante) las frecuentes "llamadas" desde la mezquita próxima al hotel. Por megafonía recitan-cantan versos del Corán a lo largo de TODA la noche. -Uf!!! Al día siguiente un taxi nos recogió en el hotel para trasladarnos de nuevo a Damasco. Dejamos Jordania y continuaríamos el resto de nuestro viaje por Siria. (http://siriadesconocida.blogspot.com/)

Curiosidad: En oposción a Siria (las hay por todas partes), en Jordania está prohibida la circulación con motocicleta, excepto servicios oficiales o turistas debidamente acreditados.

martes

Wadi Rum (18 octubre)

Partimos a primera hora de la mañana para el Wadi Rum, conocido desierto Jordano en donde el príncipe Faisal Bin Hussein y T.E. Lawrence hicieron campo base durante la Rebelión árabe contra los otomanos en la primera guerra Mundial y en el que se rodó la célebre película Lawrence de Arabia. Se caracteriza por anchos valles de arena rojiza, bordeada por grandes montañas que también presentan una extraordinaria gama de colores. Allí podemos encontrar la Djebel Mountain, con 1754 m de altitud.


Paramos en le Centro de Viajeros donde debemos encontrarnos con Matdala. Éste nos acompaña a su casa y, tras ofrecernos un té, nos embarca en un 4x4 para realizar una excursión hasta el campamento en el que pernoctaríamos. Visitamos lugares pintorescos como el Puente de la Roca Burdah, una arcada natural muy conocida y el Pequeño Siq, garganta muy estrecha en el que encontramos unos bellos dibujos grabados en la roca.

La conversación con nuestro día se basó fundamentalmente en los aspectos socio-económicos (precios) de nuestros respectivos paises. como ejemplo citó el valor de los camellos que, dependiendo de si son de carga, para ordeño de leche o de carreras cuestas 1000, 2000 y 3000 JD, respectivamente. También aprendimos algunas palabras en árabe. P.e. luna=shams, estrella=njman, cielo=sima, camello=jamel, arena=raml.


Tras un par de horas de recorrido por el wadi llegamos al campamento. El color de la rojiza roca, resaltado por la no menos rojiza luz de un precioso atardecer, me embaucó. Otra de las muchas sensaciones "indescriptibles". Tras acomodarnos en nuestra pequeña jaima nos trasladamos a la principal. Allí nos esperaba una sabrosa barbacoa beduina, té a discreción y una interminable sesión de conversación aderezada de una perfumada "chicha".




Pero lo mejor de la noche estaba por llegar. La temperatura era excepcional. Tanto como para que varios de los vistantes sacaran los colchones y las enorme y supercalentitas mantas y se alejaran varios metros del campamento. Nosotros asi lo hicimos. Imaginad la más absoluta oscuridad "iluminada" por la luz indirecta de millones de estrellas. Un par de estrellas fugaces dieron la nota de color al momento. Una vez más "indescriptible". Isabel echaría de menos al responsable o jefe del campamento. Se encaprichó de ella y vino al grupo a cortejarlo. Bailó a su alrededor (para qué contar) y la cogió de la mano para alejarla. Ella le rechazó y eso le costó un "isabel no good". Inmortalizamos ese momento...

Petra (17 de octubre)

Al día siguiente, muy temprano, nos acercamos a la milenaria ciudad de Petra. Petra fue eculpida originalmente por los Navateos. Cuentan que los beduinos la invadieron. Habían oido hablar del "tesoro" de Petra. Y es que es así como se llama la primera fachada que nos encontramos tras atravesar el Sicc. Sin pensárselo dos veces, y al observar que nada había en las diminutas (fue mi gran decepción) estancias que descubrimos tras estas magníficas fachadas, se liaron a tiros con la bola que corona la cúspide para seguir con las esculturas.

Los beduinos actualmente viven en una barriada construida por el Gobierno en las proximidades. Ellos se encargan de la gestión del comercio interior del parque (puestos) y es común verles disfrazados "ambientando" distintos puntos a lo largo del recorrido. A pesar de que se observa a varias personas limpiando la zona, es habitual encontrar mucha (mucha) suciedad en todo el parque. Tapones de plástico, botes de bebidas, botellas vacía de agua caracterizan todo el camino.


Cualquier descripción sobre Petra sobra. Podría utilizar el más amplio vocabulario y nunca llegaría a aproximarme en su descripción, por lo que la omitiré.

A media tarde llegamos a final del recorrido. Se puede apreciar la última fachada conocida como “el Monasterio” y, un poco más allá, la zona de los miradores.

Optamos por detenernos en el mirador del “la Piedra del Sacrificio”, una losa, con surcos labrados a su alrededor, con el fin de, supuestamente, recoger la sangre de los “sacrificados”. En ese mirador encontramos a Mussa (Moisés) el beduino encargado del puesto de venta que amablemente nos invita a tomar un té. Nos quedamos un buen rato disfrutando de su compañía. Charlamos y nos cuenta aspectos de sus costumbres. También nos dice que los turistas que le visitan en grupo sólo se dedican a hacer fotografías. A él le gustan los que lo hacen de manera individual ya que son estos quienes paran, le dan conversación y hacen algunas compras. Tras varias tazas de té y con la satisfacción de haber conocido algo más de estas gentes decidimos volver.

Fue al salir del parque cuando Isabel nos dice que ha conocido a un par de beduinos y que le han invitado (nos han invitado) a asistir a una barbacoa beduina en la zona del poblado. No podemos renunciar a integrarnos un poco más entre estas gentes. Es en este momento cuando comienzo a sentirme mal. Un fuerte dolor de cabeza (posiblemente el mal del viajero) parece que va a dar al traste con la noche. Tras mucho “pelear” finalmente consigo un ibuprofeno (NOTA: importantísimo llevarse un mini botiquín con medicinas básicas) que me permitiría unirme al festín. Eso si. Esa noche estuve más tiempo en el aseo que en mi cama...

lunes

Amman (16 octubre)

Procedentes de Damasco (http://siriadesconocida.blogspot.com/) habíamos atravesado la frontera terrestre si contratiempos. Fue sencillo obtener el visado jordano allí mismo (10 JD). Realizamos algunas compras en el "duty free" donde, a título de curiosidad, el cartón de Camel costaba 10 dólares (8.5 €). Y el de LM (marca mayoritariamente consumida) 4.5 €.

El taxi que alquilamos en la estación de autobuses nos dejaba a primera hora de la mañana en la capital Jordana. Nos aborda una persona, con cara de buena gente (y no nos equivocamos) que nos ofrece alojarnos en su hotel. Este jordano resultó llamarse Haber, y su hotel el "Sunryder". Con él negociamos (más de una hora) el precio del cohe de alquiler: tres días, sin límite de kms y con seguro a todo riesgo (como para fiarse) por cuesta 180 JD y el "pack" de Wadi Rum. Hemos de ir al comienzo del parque y preguntar por Matdala. Excursión en Jeep de dos horas, noche en Jaima individual, cena y desayuno nos cuesta 60 JD por persona.

Pasamos la noche en el hotel y salimos a primera hora de la mañana para Petra. La autopista es directa prácticamente. Se le conoce como "la ruta de las caravanas", itinerario orginal de las mismas que, provinientes de Siria, atravesaba toda Jordania en busca del Mar Rojo. La autopista se caracteriza por tramos rectos "interminables" y un asfalto en lamentable estado. Cada pocos kilómetros observamos puestos de policía con rádar. En contra de lo apreciado en Siria, la Policía Jordana cuenta con muy buenos medios (coches de lujo). Finalmente llegamos al hotel en Petra y nos hospedamos.